El riego por exudación funciona gracias a la fuerza de la capilaridad y a las diferencias de presión entre el interior de la manguera y el suelo. Estos factores están determinados por la composición, textura (proporción de arena, limo y arcilla) y estructura del suelo, así como de su contenido en agua en sus poros.
En suelo seco
La fuerza de capilaridad y la menor presión del medio (comparada con la del interior de la manguera) hacen que el agua de salga en mayor cantidad.
En suelo húmedo
En este caso los poros del suelo están llenos de agua. La fuerza de capilaridad y la diferencia de presiones son menores, con lo que la manguera emanará menos agua, o ninguna en caso de que el medio esté saturado.
De este modo, son las necesidades hídricas del suelo las que determinan el caudal de agua exudado de la manguera.